dijous, de novembre 02, 2006

W.A.F.

A principios de los años 90 los fabricantes de altavoces se encontraron con un problema de lo más curioso. Los precios de los sistemas de sonido empezaban a descender pero en algunos hogares las familias se negaban a instalarlos debido al tamaño. Los maridos querían lo último y estaban más que dispuestos a abrir la cartera pero las mujeres decían que no, que la única forma de tener altavoces del tamaño de una mesa camilla en casa era prescindiendo de otras comodidades, concretamente de la comodidad de tener un matrimonio. O ellas o las cajas acústicas.

En las revistas de tecnología de la época comenzó a hablarse del WAF, el Wife Acceptance Factor o Factor de Aceptación de la Esposa. Es un término subjetivo que apareció por primera vez impreso en 1989 —según Wikipedia- y del que aún hoy se echa mano cuando se diseña o se lanza un producto. Si un producto tiene mucho WAF quiere decir que puede comprarse sin que cree una crisis familiar en el hogar. Gustará a maridos y mujeres. Un televisor de plasma o LCD, por ejemplo, tienen mucho WAF. Un equipo de cine en casa tradicional no, aunque uno inalámbrico puede ganar puntos de WAF porque al tener menos cables evitan que el suelo del salón se transforme en un plato de spaghetti. Los productos con muchos cables, o que están formados por muchas piezas tienen un WAF que podría confundirse con mi cuenta corriente a fin de mes. El nivel de WAF de un producto donde todo está integrado y que funcionan de forma inalámbrica, en cambio, podría confundirse con la de Bill Gates.

Y es que comprar tecnología es muy fácil cuando eres soltero/a pero si de repente tienes una pareja con derecho a veto la cosa se complica. Los periodistas a veces hablamos del WAF entre nosotros cuando vemos un producto, aunque es un término tan subjetivo que no solemos escribir sobre ello. Además, empieza a quedarse obsoleto. Primero porque por fin las empresas empiezan a darse cuenta de que las mujeres compran tanta tecnología como los hombres —no siempre ha sido así, es verdad, pero cuando la tendencia ha cambiado nos ha costado a todos darnos cuenta- y segundo porque los productos empiezan a estar muy bien diseñados y parece que el diseño es uno de los factores que más importancia tiene en el WAF. Desde luego cuenta mucho más que el precio, aunque muchos amigos míos siguen intentando justificar las compras impulsivas de tecnología mintiendo a sus parejas sobre la cantidad de dinero que se han gastado. Un aviso: no funciona.

¿Y por qué hablo hoy de esto? Este fin de semana el portal cnet ha recopilado 10 productos con mucho WAF. La lista es muy acertada, aunque yo cambiaría algunos productos que en el mercado europeo no funcionarían, como el proyector de vídeo. Otros, como el Slingbox, no se encuentran en España, aunque en general la página permite hacerse un idea de qué es lo que se necesita para tener un WAF alto.




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Fins aquí arriba aquest article que vaig sablejar la setmana passada de elmundo.es. Quins articles creieu que poden tenir un WAF alt? I un WAF baix?

Aquí us deixo les meves respostes a aquestes preguntes:


WAF Alt: Una banyera d'hidromassatge.


WAF Baix: Les espasses de El senyor dels Anells penjades al menjador.